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18/10/2007 por la tarde   Ayer, en el día peronista por excelencia hube de ir a la zona norte de la ciudad a buscar unas llaves que mi ab...

miércoles, 13 de febrero de 2019

https://carlospistelli.com/2012/11/17/calle-superi-rosario-argentina/

18/10/2007 por la tarde 
Ayer, en el día peronista por excelencia hube de ir a la zona norte de la ciudad a buscar unas llaves que mi abuela olvidara en una escuela: La escuela Tomás Espora en Casiano Casas y Superí, alberga una bella directora que ocasiona que yo regrese al lugar en el futuro…
            La calle Superí, como Washington, Castagnino (más que Sorrento o Baigorria) describe la parábola de la ciudad de Rosario en un país con terribles desigualdades sociales: En un corte transversal del norte rosarino, que como postal móvil nos muestra las miserias de la vida ciudadana y las faltas de la democracia con sus ciudadanos:
            Al extremo oeste de la calle, a una altura que calcularíamos al 3000 como referencia, empieza el llamado parque de los Constituyentes, (en cuyo medio hay un countrie de ricachones y se inunda el riacho Ludueña) Parque en honor de los mismos que se olvidaron al constituir la república de dotar a los pueblos de los mecanismos para dejar de ser empobrecidos, sosteniendo a los explotadores enriquecidos: continuando bajando la altura, se alzan los mono=blocks donde se amontonan familias con carencias, muchos de los cuales niños concurren a la escuela citada, de aquel Capitán de Marina, héroe de las guerras argentinas al mando de Guillermo Brown[1]; Las calles sin vereda zanjadas, de pobreza inaudita, contrastan con un complejo deportivo armado por la Municipalidad en el nervio del barrio para recrear a los más pequeñines,
Continuamos con el llamado Barrio Esperanza, construido en tiempos de la administración radical de comienzos de la década del ’80, casas similares ocultas tras una arbolada trifuza[2] que las esconde de sol;
Al cruzar con calle Boedo (nada que ver con la esquina con San Juan que desentone el tango) arteria que se convertirá, si ya no lo es, en accesibilidad para los que van para el norte o los que viene al centro, el barrio recobra y sale del apenumbramiento: desde Boedo hasta las vías a la altura del mil trescientos, con Molina como epicentro de los comercios barriales, el barrio alicaído que necesita del despegue económico: al cruzar las vías para oriente, el color vuelve a la calle, con casitas lindas, propias de clase media-media;
 Superí desemboca en la Plaza Alberdi; Antes del Boulevard Rondeau, se levanta la villa Hortensia, ese palacete de principios de siglo XIX, sede del distrito norte, cruzando la Parroquia y escuela de los franciscanos, y a la vueltita por Agrelo donde viviera el gran y famoso negro Fontanarrosa:
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En Amarillo fuerte, el viejo poblado de Alberdi;

El Boulevard Rondeau conecta al poblado Granadero Baigorria con la ciudad: Es una avenida a cuatro calles, arbolada que corta en dos la idea social rosarina del norte
 Superí se pierde, y termina,  en cuatro cuadras de intenso vigor arquitectónico, al llegar Alvarez Thomas, el paisaje y la historia se parte en cuatro:
1-Al norte, la penúltima manzana (Superí, Álvarez, Freyre y Maza) que pertenecía a Juan Bautista Alberdi, uno de los intelectuales y políticos de fuste del País de los Argentinos, que daba nombre al Pueblo (la zona fue pueblo entre 1879-1919) hasta que fue incorporada a la ciudad de Rosario;
2-Continuando, la plaza Santos Dumont, en honor al aviador que pasara por Rosario, donde chicos y chicas pasean sus amores y montada para las fotos de los recién casados o las quinceañeras: En sus barrancas se ve el club Remeros, club de la gente como uno que prohibía entrada a los pobretones y hoy les piden que concurran como sea,
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3-Se pierde en una callecita donde viven ricachones de todo tipo y tenor y me tocó entrevistar en el verano de 2000; Sus problemas son cosas de no creer;
4-Y La Florida, rociando el Río Paraná; donde jóvenes de todas las extracciones pasan su verano bajo el sol y la arena, cuando la noche, del desenfreno y la locura:
            Dan ganas de caminar Superí varias veces, como verdadera procesión laica y civil; Observaremos cuando lo hagamos, cuánto le falta a nuestra sociedad para mejorar, y cuánto necesita de nosotros para lograrlo: Reitero que no alcanza con rezar diez padrenuestros diarios para acceder al cielo si-no intentamos un pasito más, apenas uno más, para que este tipo de cosas se culminen;

[1] Cierto día, en plena guerra argentino-brasileña, dos valientes de la Armada Argentina decidieron batirse a duelo para lavar ofensas recíprocas. Eran Rosales y Espora, los héroes de la época. Como estaban a bordo bajo las órdenes de Guillermo Brown, le pidieron a éste autorización para bajar a tierra. Además lo nombraron director del duelo. El almirante aceptó. “Ante todo, hay que postergar el encuentro”, dijo Brown. “El enemigo está cerca y debemos salir en su busca. En cuanto a ustedes, les prometo que pronto se batirán.” A los pocos días, al estar frente a frente las escuadras argentinas y brasileñas, el almirante llamó a Espora y a Rosales a su puente de mando. “Llegó el momento del lance pendiente -les dijo-. No olviden que cuento con su prome­sa de cumplir escrupulosamente mis órdenes.” Asintieron los marinos y el jefe naval prosiguió: “Den­tro de unos momentos entraremos en combate. Nosotros estamos listos -apuntó con su dedo-. ¿Distinguen ustedes la ­insignia de la capitana brasileña?” Rosales y Espora volvieron a asentir. “Bien. Ustedes van a atacar esa nave por muchos costados. Aquel de ustedes que consiga hacer arriar su pabellón, será el vencedor del duelo. La sangre de unos bravos como ustedes, sólo debe derramarse en aras de la patria. Andando, pues”. La anécdota es auténtica pues fue relatada por sus tres protagonistas. (En Águila guerrera, de Pacho ODonnell)
[2] El autor insiste con utilizar palabras cuyo significado solamente él pueda concebir,

martes, 12 de febrero de 2019

https://carlospistelli.com/2019/01/08/yrigoyen-y-la-semana-tragica/

Desde que gobernaba el páis, al asumir en 1916, Hipólito Yrigoyen sumaba toda clase de problemas a su gestión que fue resolviendo fiel a su estilo paternal y personalista.

 Un gabinete de ‘perfectos’ desconocidos para la opinión, algunos de ellos de brillante carrera partidaria y algunos extra partidarios que le dieron tinte al gabinete, como el caso de Honorio Pueyrredón en la Cancillería. El Embajador español quedó admirado de su asunción y el Embajador inglés al solicitar, como era fórmula, los nombres del nuevo gabinete, recibió una cortés y seca contestación: ‘Costumbre que deberá dar por terminada’.
 El apoteótico arribo del Peludo a la Casa de gobierno tuvo su primer golpe en enero de 1919.

Prolegómenos.  


 En los talleres metalúrgicos de la Familia Vassena, se inició una huelga a principios de Diciembre de 1918 reclamando mejoras salariales y de trabajo.

  Desde la creación de la FOA, Federación Obrera Argentina, dos grandes sectores se disputaban su conducción, a rasgos generales. Una radicalizada de tendencia anarquista, y una dialoguista de tendencia socialista, afín al partido de Justo y cía. No hubo conformidad y entonces se dio la primera ruptura. Los anarquistas organizarían la FORA, con estatuto comunista anarquista; los socialistas la UGT. La FORA es la que tenía mayor representación. Pronto en la UGT surgió una nueva tendencia, denominada sindicalismo revolucionario, que se abrió del PS para formar CORA, y comenzó a crecer entre los trabajadores. En 1914 se unificaron y en 1915 volvieron a romperse: Los anarquistas pasaron a llamarse CORA V Congreso, mientras el resto adoptó el CORA IX Congreso. Estos terminaron teniendo a un gran secretario llamadoSebastián Marotta, de buen diálogo con Yrigoyen, quien conseguiría triunfos importantes en las grandes huelgas de 1917 y 1918.
 La llegada de Yrigoyen al poder, coincidió con la Revolución Rusa. Las protestas se radicalizaron y se multiplicaron: Se creyó en el Presidente Popular que negaba al Ejército mandar a reprimir como se hacía hasta entonces; Y algunos avispados, no pocos, pensaron en reproducir un Lenin criollo. Solamente en 1917 hubo 130 mil huelgas totales o parciales que fueron aumentas en el ’18 y llegarían a la friolera cifra de 300 mil en 1919.
  Yrigoyen, paternal, resolvió en un 90% los laudos a favor de los trabajadores. Gozaba de gran prestigio entre los sindicatos de la FORA IX y también en la FORA V, pero puso en juego todo su prestigio popular en enero de 1919.
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Sucesos.  


  Las protestas contra Vassena se iniciaron a principios de Diciembre de 1918. Mejoras salariales, jornada laboral de 8hs, descanso inglés. Básico. Vasena se negó terminantemente. Y contrató rompehuelgas.

 El 7 de enero de 1919 han fracasado todas posibilidades de diálogo que intentó el Gobierno Nacional. Todo un mes de escalada de violencia provocada por la intransigencia de Vassena que choca con la solidaridad popular hacia los trabajadores, la mayoría enrolados en la sindical anarquista. Desde sus galpones a orillas del Riachuelo hasta la Planta hay unas 30 cuadras que cruzan al sindicato metalúrgico, base de la FORA V, casi a mitad de camino. No hay un solo día que no haya incidentes e Yrigoyen hace renunciar al Jefe de Policía por complacencias hacia Vassena. Su reemplazo no mostró tampoco cambios de actitud y finalmente Don Hipólito nombra a nada menos que a Elpidio González, junto a Horacio Oyhanarte, su más consecuente seguidor.
 Un tiroteo frente a la Central Metalúrgica deja sin vida a un policía de apellido Chávez. Se juramentó venganza.

 El 7 de enero por la tarde un mini ejército de rompe huelgas, policías, gente armada de una denominada Asociación del Trabajo de tintes oligarcas irrumpe camino a los Talleres en la central metalúrgica. No mediaron razones. Balearon y sablearon a cuanto cruzaron dejando cuatro muertos (un quinto moriría al día siguiente), decenas de heridos y un reguero de pólvora como si se hubiera dado una guerra.

 Yrigoyen actúa tarde, tan previsor que ha sido siempre, y convoca a Vasena para enderezarlo y terminar el asunto. El dueño de la planta accede a mejoras salariales de entre un 10 y un 15% y a aceptar una jornada laboral de 9 hs con domingo descanso.
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 Pero el Pueblo anda en otra cosa mientras el Peludo cree representarlos.


Funeral Popular y asesinatos a mansalva.  


  Las noticias se propagan y la indignación crece hacia los Vassena y la complacencia del gobierno. Buenos Aires amanece bajo huelga general. Hasta Marotta adhiere con su sindicato pues las bases lo fuerzan, y le impiden un nuevo acuerdo con Yrigoyen.

  Encima Vassena se desdice de los acuerdos verbales de la noche del 7, endurece postura porque tiene certezas de que ‘algo grande vendrá’. El Presidente queda pataleando en el aire.

 Se organiza un gran funeral para el Jueves 9 que contará con toda Buenos Aires de a pie. Casi un millón seiscientas mil personas viven en la ciudad según el censo de 1914: Trescientas mil acompañan el cortejo fúnebre. Del sindicato toman avda Corrientes hasta la Chacarita. Hay incidentes, no menores en el camino. Y en los propios Talleres de calle Cochabamba donde Vassena ha montado un semi-ejército.

 Yrigoyen toma tres decisiones:
1-Envía a Elpidio a mediar a los talleres.
2-Se niega a declara el Estado de Sitio: “Me piden que reprima al Pueblo y no lo haré”.
3-Convoca al General Luis Dellepiane, apostado en Campo de Mayo.
 Elpidio no llega: “A él, dirá Fermín Chávez, un nieto e hijo de federales los manifestantes le dan vuelta el coche que lo lleva y se lo prenden fuego!“. Justino Toranzo, su escolta, les espeta a los manifestantes: ‘somos dos hombres solos’. Otras voces, que las crónicas de la época no traen, afines al Radicalismo, hablan de un policía muerto en el suceso.

  La multitud llega en masa al Cementerio. Inicia el acto. En una encerrona orquestada por policía y bomberos, que podían portar armas entonces, se realiza una matanza que recuerda a las del odiado Ramón Falcón. No se calcula quien murió sino quien vive.

 Los diarios sindicales y socialistas (La Vanguardia) hablan de setecientos muertos. En diputados se discute. La bancada conservadora acusa a Yrigoyen de complaciente, los socialistas hacen su juego, Oyhanarte y Araya, presidente de la UCR, llevan la voz cantante del partido. El diario oficialista ‘La Época’ endurece su línea editorial: Conviene establecer con toda precisión lo que ocurre para disipar malosentendidos emanados de falsas informaciones. Se trata de una tentativa absurda, provocada y dirigida por elementos anarquistas, ajenos a toda disciplina social y extraños también a verdaderas organizaciones de los trabajadores… Jamás el Presidente de los argentinos cederá a la sugestión amenazante de las turbas desorbitadas. Se culpaba a una minoría ácrata de los hechos, disculpando a la gran masa de los trabajadores. Viejo entuerto de políticos acorralados.
 Por la tarde, Yrigoyen convoca al diálogo a Vasena y a Marotta, y nombra a Dellepiane comisario militar de la Capital.

Dellepiane.  

  Dellepiane (1865) hijo de un general, y él mismo, de simpatías yrigoyenistas, asumió el rol que le tenía preparado el destino.

 Y reprimió con dureza, con la venia presidencial, permitiendo que grupos parapoliciales organizados hicieran un coto de caza de maximalistas y judíos sucediéndose episodios inenarranables. Un verdadero ‘pogrom’, matanza de judíos en idioma ruso, que ni la DAIA ni ninguna organización argentina recuerda en memoria. Esos grupos que devinieron en la formación de una denominada Liga Patriótica, actuaron en connivencia con Dellepiane y a contrapelo del ‘tibio’ Presidente.
¿Cuántos murieron asesinados? Se desconoce una cifra real, pero la fuentes coinciden en que fue una de las peores matanzas de la ya acostumbrada historia de matanzas en Argentina.

 ¿Pudo hacer otra cosa Dellepiane? ¿En esa psicosis generalizada de implantaciones de ‘Soviet’ en el páis? Solamente diremos que actuó en consecuencia y que Yrigoyen lo premió en el ’28 con el ministerio de guerra.


Muecas del destino.  


 No puede decirse que Fermín Chávez carezca de empatía hacia el Yrigoyenismo. “Muecas del Destino”, dirá, “El gobierno popular reprimiendo al Pueblo”.

 Al finalizar la terrible semana, Vassena se allana a Yrigoyen, y firma todo lo que las protestas solicitaban. ¿Hicieron falta centenares de muerte para que lo hiciera? Allá él, la memoria popular no lo tiene, ni a su descendiente, entre los mimados del Pueblo. Otro devenir es el Presidente.

 El Pueblo disculpó a Yrigoyen. Le votó a Marcelo en el ’22, lo plesbicitó en el ’28, y le dio una despedida extraordinaria en julio del ’33. Cuando Dellepiane “le entregó las llaves de la ciudad” metafóricamente, llevaba su renuncia en el bolsillo. Seguramente pensó que se adelantaba el golpe 11 años. No le faltaron arengas al General para que lo haga, pero cumplió su papel y se volvió a Campo de Mayo.

 La Historia, tiene otros juicios de valor. Al decir de Pepe Rosa, al cual tampoco se le puede achacar antiyrigoyenismo, tras los sucesos de la Patagonia, En el arte de la política, del cual Yrigoyen era maestro, el gesto de Poncio Pilatos es aplaudible. La justicia histórica tiene otros elementos de valoración.

Hipolito Yrigoyen Como yrigoyenista confeso, advierto que no es un episodio de fácil lectura y mucho menos poder sintetizar en una nota lo que me genera la denominada “semana trágica”. Allá Yrigoyen, a quien seguiré defendiendo y admirando, con sus razones y motivos esa semana. La sangre no se hace agua; Aunque haya pecado de inacción o imperturbable ejercicio de la majestad presidencia, eso no le quitasu responsabilidad histórica y política.

 Así son las cosas; Hay héroes que tiene pedestales de barro, y hay que contarlo. Hacer otra cosa, sería de mitrista mal nacido.

  A los asesinados, salud! Soy uno de vosotros.

Chacabuco. 12-02-1817

https://carlospistelli.com/2017/02/12/batalla-de-chacabuco-12-de-febrero-de-1817/